La colada. El arte.

A veces me quedo mirando. La manera de ondear al viento, o cómo le da la luz, con sus pinzas de colores todas perfectamente alineadas. La colada digo, que la miro, o la admiro, una vez finalizada la tarea de colgar todas las prendas. Y no, no las cuelgo aleatoriamente, todo tiene un orden preestablecido. Por colores, por tamaños, por tipo de prendas. La ropa interior siempre junta. Las camisetas también. Las sábanas a un lado, las toallas al otro. Y cuando acabo, admiro mi obra antes de dejar la azotea. Preciosa.

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